La materia médica en el siglo XVI. La Universitat de València

Retrato al óleo de Juan Plaza (1525-1603) (atribuído a Juan Ribalta. Museo de Bellas Artes. Valencia.

La Facultad de medicina de Valencia fue una de las más importantes de los reinos hispánicos durante el siglo XVI. Inaugurada en 1502, fue la típica universidad mantenida y regentada por la oligarquía burguesa local. Al contrario de lo que sucedía en las universidades castellanas y europeas, que potenciaban los estudios teológicos y jurídicos, en la de Valencia se impulsaron los de medicina. Desde el principio hubo una cátedra que se encargó de la enseñanza de la anatomía durante el otoño y el invierno, y de hierbas y otros medicamentos simples, en primavera y verano.
En los años cuarenta del siglo XVI, gracias a la intensa actividad de un grupo partidario de las corrientes renovadoras, la enseñanza impartida desde esta cátedra se basó en la disección de cadáveres humanos y en la herborización en varias zonas representativas de distintos tipos de flora. Hacia 1560 la cátedra se desdobló en dos: una de anatomía y otra de "hierbas y otros medicamentos simples".
En las dos hubo importantes innovaciones. En la que ahora nos interesa se comenzó con la actividad desarrollada por Pedro Jaime Esteve, hombre formado en París con Jacobus Sylvius y en Montpellier con el naturalista Guillaume Rondelet. Típico representante de la mentalidad renacentista, publicó ediciones depuradas del original griego con traducciones directas al latín de obras clásicas, como la Theriaca de Nicandro de Colofón que es un texto dedicado a los venenos y sus antídotos (1552). En los comentarios, característicos de las ediciones de clásicos de esta época, abordó el estudio de diversas plantas tóxicas y curativas, donde se deja notar su excelente formación y su experiencia adquirida herborizando en varios territorios valencianos. Redactó también un Diccionario de las yerbas y plantas medicinales que se hallan en el Reino de Valencia, que no se publicó y del que sólo ha quedado un resumen.

Plaza fue profesor de la Universitat de València desde 1562 hasta su fallecimiento en 1603. Entre 1567 y 1583 ocupó la cátedra de botánica médica, desde la que impartió una enseñanza muy práctica. Durante este periodo se fundó un jardín botánico, considerado por algunos como el primero de España de carácter universitario. Durante su magisterio recibió la visita del afamado botánico Clusius, comenzando una relación que se mantuvo a través de la correspondencia. Clusius incluyó en su Rariorum aliquot stirpium per Hispanias observatarum Historia (1576) las plantas de mayor interés que el valenciano había recogido y dibujado en sus herborizaciones por tierras valencianas. Entre éstas podemos mencionar la "segullada" o coronilla de fraile, el "lliri de marines" o azucena de mar, el "matacà" o escamonea falsa, etc. Al nombre latino, Clusius añadió el adjetivo "valentina" que pervive en algún caso en la nomenclatura botánica actual.
Plaza contribuyó también en el estudio de alguna especie americana recién llegada a la península. La primera noticia que se tiene de un aguacate aclimatado en Europa es el ejemplar que éste mostró a Clusius en 1563, que estaba en plena floración. Los detalles sobre el fruto se los proporció después a través de la correspondencia. Otro tanto sucedió con el ágave americana que "los valencianos la llamaban fil y agulla", debido a lo puntiagudo del extremo de las hojas y a que sus fibras pueden utilizarse como hilos. Esta denominación hizo fortuna entre las obras de botánica durante un siglo. Caspar Bahuin, en su Theatrum botanicum (1623), hito en la constitución de la taxonomía y nomenclatura botánicas modernas, al ocuparse del maguey o aloe americana, anotó como sinónimo "Fill y agulla, id est, filum et acus, Hispanis".

Pedro Jaime Esteve Clusius